Solíamos leer nuestras cartas encima del tejado
Cuando más soplaba el viento.
Era el momento más dulce para tu cabello.
Se agitaba en todas direcciones.
Ahora el agua empaña el mar.
Quisiera poder cambiar algunas cosas de hoy, pero no tengo la maquina del tiempo cuando pienso que la tierra no me deja ver el suelo.
Nunca planeamos que cualquiera de los dos tuviera que marcharse.
Pero la vida es así para una chica que no puede ver el cielo bajo la copa de los árboles.
Eran solo veinte años para los dos
Planes de vida fresca entre ilusiones dentro de un Cadillac.
Un futuro camino por recorrer.
Me encuentro como una flecha rota
Tu contestador y el mensaje después de la señal no dejan de sonar tras una puerta que no se abrirá jamás.
Tras una luz que me ciega el Sol
La noche me cubre el día
Y el ocaso gana la batalla al alba
Ya nadie me podrá salvar si Tú no estas
Me perseguirá la pesadilla con sabor a veneno.
Las horas las cubro en penumbra
Y el miedo parte en dos mi felicidad
En las noches me llama el pánico sobre una almohada demasiado larga para mí.
Ya todo se acabó
Tu muerte ha vestido de tinieblas mis latidos.
Ya nunca habrá un amanecer en aquel tejado
Ahora mi oro se ha convertido en roca
Jesús Liñán
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